De lo útil a lo valioso: La pedagogía más allá de las habilidades técnicas
Un ensayo sobre la pedagogía universitaria, explorando la transición de la enseñanza de saberes técnicos a la valoración del aprendizaje como un proceso de emancipación y construcción de lo valioso.
Como docente de diseño y arte digital, mi tarea principal parece ser la de enseñar a utilizar programas informáticos, lo que muchos considerarían «saberes útiles». A través de este ensayo, resultado del seminario «Pedagogía universitaria», busco ir más allá de esta noción y encontrar en mis experiencias pedagógicas, como el curso que impartí para la Cámara de Senadores de Santa Fe, los elementos valiosos que trascienden la simple utilidad. Mi encuentro con los estudiantes en la virtualidad, donde el gesto de encender los micrófonos y las cámaras se repetía, me llevó a reflexionar sobre la conexión humana más allá de la pantalla.
Esta experiencia me hace recordar a la pedagogía de Rancière y la noción de **»Maestro Ignorante»**, aquel que no enseña lo que ya sabe, sino que emancipa a través de la pregunta y el acompañamiento. Mi papel no es el de un «genio» o «experto» que transfiere un saber encapsulado, sino el de un **»anfitrión»** que acoge al otro, reconociendo su ignorancia como punto de partida y su capacidad de aprender por sí mismo. El desafío es dejar de lado la figura del «arquitecto», que planifica cada paso del aprendizaje, para abrazar la del «anfitrión» que crea un espacio de confianza y descubrimiento.
En este proceso, el concepto de **»emancipación»** adquiere un significado profundo. No se trata de liberar al estudiante de una tutela, sino de reconocer su inteligencia y su capacidad de construir su propio saber. La pedagogía no se reduce a la entrega de un conocimiento preexistente, sino a un «trabajo de la palabra» que se despliega en la conversación, un «encuentro sin principio ni fin». Es en este espacio de diálogo donde lo «útil» se transforma en «valioso».
La noción de **»dividual»** y su relación con el «individuo» me invita a pensar en cómo las nuevas tecnologías y la datificación nos fragmentan. Hoy, somos «códigos», «perfiles» o «señales», y la desconexión se presenta como un acto revolucionario. Mi papel como docente, entonces, es el de un «soldado» en una batalla por reconquistar la humanidad en el aula digital. La tarea no es solo enseñar, sino también proteger y valorar lo que no se puede medir ni predecir, lo que no entra en el algoritmo. En este contexto, mi pedagogía se aleja de la lógica utilitarista del mercado y se acerca a la lógica del cuidado, de la reciprocidad y de la valoración de la experiencia humana en su totalidad. El verdadero valor de mi enseñanza no reside en el dominio de un software, sino en la capacidad de mis alumnos de pensar, crear y ser con otros, de encontrar su propia voz en un mundo saturado de información y códigos.
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